Edición N° 425 - Septiembre 2018

Costanera Sur será una nueva ciudad

 

El padre Pedro Velasco explica las implicancias del proyecto

El proyecto de la Avenida Costanera Sur, que se unirá a la Costanera Norte en Colón, estuvo trabajándose casi durante dos años conjuntamente con los pobladores, la municipalidad y el gobierno. A poco de cumplirse el plazo de recepción de las ofertas, el gobierno cambió el pliego de bases y condiciones a través de una adenda, introduciendo algunas modificaciones en la parte urbanística no aprobada por las familias afectadas. Por otra parte, el gremio de constructores, Capaco, manifestó también su protesta y pidió prórroga. Finalmente, el plazo fue prorrogado hasta el 26 de octubre, quedando entonces a cargo del gobierno entrante. Al respecto de este proyecto, conversamos con el padre Pedro Velasco, quien representa a los vecinos afectados.

 

Componentes del proyecto

Por la cantidad de viviendas y personas afectadas, no se trata solamente de la construcción de una carretera, sino de una verdadera ciudad. «Si se compara con San Francisco, que es una zona muy grande, ahí son 1000 viviendas, aquí van a ser 2600 con 10 000 personas», comentó el padre Velasco. Es por esto que es primordial conocer cuáles son los componentes de este proyecto de tanta implicancia en el desarrollo urbano de nuestra ciudad.

Primeramente, está el componente vial, que consiste en la construcción de una avenida de 9 km, que va desde la avenida Cacique Lambaré hasta Colón. «Son 9 km que se van a unir a lo que está a punto de terminarse: la avenida Costanera Norte, que comienza detrás del Palacio de López y llega ahora hasta General Santos pero ya continúa otros 3 km», aclaró el padre Velasco.

Otro componente es el relleno hidráulico. Se procederá a rellenar con tierra para poder construir tanto la avenida como las viviendas. Es decir, se va echar tierra hasta la altura de la cota 64, que es la cota en la que cada año se inunda más el Bañado. «Entonces, se piensan rellenar a esa altura, en principio, 110 hectáreas y posteriormente en una segunda etapa, seguramente otras 80 o 90 hectáreas», puntualizó el padre Velasco. En cuanto a las construcciones previstas, 65 hectáreas estarán destinadas a 2600 viviendas. «Es la cantidad de familias que estamos ahora en el Bañado Tacumbú», aclaró el sacerdote. Otra parte está prevista para la construcción de empresas privadas, que se espera se instalen y se constituyan en fuentes de trabajo para los pobladores.

Luego está el componente social puesto que el traslado será total. «Algunas viviendas van a quedar bajo tierra y otras tienen que desaparecer y quedar libres para lo que la Municipalidad (porque es terreno municipal) disponga», comentó el padre. Por este motivo, es sumamente importante que se trabaje de cerca con las 10 000 personas que viven en el Bañado Tacumbú. También puntualizó el padre Velasco que hay que ver cómo se diseña el barrio social, cómo se respetan los servicios sociales que hay actualmente. Porque no son solamente viviendas las que están ahora. Por ejemplo, a través de Camsat (Centro de Ayuda Mutua y Salud para Todos) se crearon y están en funcionamiento en el barrio un centro de salud, una escuela, un centro cultural, entre otros. «Como este barrio tiene más de 70 años de vida, también hay otros centros, otras iglesias, hay una asociación de pescadores muy antigua, eso hay que ver cómo se traslada al nuevo barrio», precisó el padre Velasco. Si bien hay una organización barrial que se manifestó en contra de este traslado, y propone realizar una defensa costera en lugar del proyecto actual del gobierno, para el padre Velasco, que representa a Camsat, en realidad no es algo negativo, sino todo lo contrario. «Al barrio nos conviene porque hay inundaciones». Con respecto a este punto, recordó que en los últimos cuatro años han tenido tres inundaciones. En total, los pobladores han pasado año y medio en refugio. Los gastos y trastornos de estas situaciones de emergencia se ahorrarían puesto que, como estima el padre Velasco, esta sería la última mudanza. Además, el traslado se realiza en el mismo barrio, los pobladores continuarán en el Bañado Tacumbú. «A algunos se nos mueve y a otros se les tapa donde están viviendo porque esa parte va a quedar bajo tierra. Por donde pasará la Avenida Costanera hay ahora mismo 1000 casas y, cuando se haga la avenida, esas 1000 casas van a quedar bajo tierra», explicó.

Finalmente, está el componente medioambiental, ya que el proyecto se realizará en una zona donde hay humedales. El mismo gobierno contempló en su diseño un estudio de los impactos ambientales.

 

Sospechoso cambio en el proyecto

Un periódico local alertó sobre el cambio del proyecto adenda de por medio y lo consideró sospechoso porque se dio a poco del plazo para la recepción de ofertas y a un mes del cambio de gobierno. Esto generó preocupación tanto en pobladores como en el gremio de contratistas. Siendo un proyecto que estuvo siendo trabajado en conjunto durante un año y medio, resultó alarmante para los pobladores porque, si bien en sustancia el proyecto no cambiaba y había cosas que quedaban igual, había dos cambios importantes que los afectaban.

Entre lo que queda igual es la longitud de las avenidas, que se mantienen en 9 km. Además, explicó el padre Velasco que se continúa en el mismo barrio aunque suben un poquito más arriba. «Los dos cambios más grandes que había es que se proyecta una avenida intermedia en el nuevo barrio social, en la primera etapa y en la segunda etapa, la Avenida Costanera en la zona Bañado Tacumbú, cosa que en un principio estaba en la primera etapa ya al comenzar las viviendas y la construcción de las 2600 viviendas del Bañado Tacumbú y la Avenida Costanera». Es decir, se iban a realizar al mismo tiempo. «No comienzan a la par viviendas y avenidas, sino que primero se hacen 65 hectáreas y las viviendas, con una calle central, y en la segunda etapa, la avenida, los tres kilómetros, o dos y pico que son por el Bañado Tacumbú, lo otro continúa igual. Pero ahora también otra vez hay una incertidumbre, porque no sabemos si con dos meses de retraso se va a licitar esto o se va a volver a lo anterior porque los dos proyectos están ahora en Obras Públicas».

Lo que más preocupa a los pobladores, explica el padre Velasco es la parte de desarrollo urbano de las 2600 viviendas del Bañado Tacumbú. Estaba previsto que se destinen 65 hectáreas para esa cantidad de viviendas. Sin embargo, en los cambios está fijado que sean 35 hectáreas pero la cantidad de viviendas subiría. «Además meten más viviendas: en lugar de 2600, 3300», explicó el padre. De entrar, entran las viviendas en ese espacio, pero las construcciones serían diferentes. «Pueden entrar si ponen cinco pisos, seis pisos, diez pisos. Pero no era lo que estaba pactado, lo que conviene al barrio, no dice la relación con la cultura, con la realidad, con lo acordado... sobre todo porque hay acuerdos que se firmaron con el Presidente de la República. El 31 de mayo tuvimos una firma donde el Barrio firmó con Itaipú, con Obras Públicas, con Senavitat y con la Municipalidad. Entonces no se puede desconocer ese acuerdo y hacer otra cosa».

 

Que se respete lo firmado

En cuanto al relleno, los pobladores no tienen mucha objeción. «Si es un poco más arriba o es un poco más abajo, a nosotros eso no nos afecta mucho. Lo que nosotros decimos es que sean 65 hectáreas y que además el plano urbanístico contemple los espacios comunitarios que ahora hay que son muy importantes, como colegios, centros de salud, etc., etc., porque va a ser una ciudad pequeña», afirmó el padre Velasco. Además, pide que haya participación de la gente y que se consideren las tipologías de viviendas establecidas en el convenio anterior.

Es decir que en los cambios no se respetaron ni las tipologías de las viviendas, ni las 65 hectáreas. «Por eso estamos en desacuerdo», recalcó el sacerdote dominico.

 

Viviendas dignas

Las viviendas diseñadas y aprobadas por los pobladores son de 2 grandes tipos, pero 4 en total para la población:

Monoblocs de 4 plantas, de 65 m2 cada una.

Unifamiliares de 2 plantas en lotes de diferentes dimensiones: 30 m2 de construcción en un lote de 90 m2; 50 m2 de construcción en 120 m2 de lote; y 70 m2 en un lote de 140 m2.

Las tres tipologías unifamiliares de 2 plantas tienen la característica de ser progresivas, es decir, se podrán ampliar posteriormente. «Están hechas de tal manera que puede añadirse una habitación, sobre todo hacia atrás. Están pensadas así porque la mayor parte de los pobladores son trabajadores y muchos son albañiles. Entonces pueden ellos mismos ir ampliando sus viviendas», aclaró el padre Velasco.

Estas categorías de viviendas fueron establecidas de acuerdo a un importante censo realizado el año pasado. «Censamos a todas las familias, y se vio cuántos años viven las familias aquí, qué cantidad de terreno tienen, el terreno que tienen ahora y lo que invirtió en ese terreno». Según esos criterios –continúa explicando el padre–, hay personas que hace poco que están: prácticamente han echado unos cuantos camiones de tierra y se han instalado allí; pero hay gente que ha invertido mucho durante estos 30, 40 años. «Hay casas muy consolidadas. Entonces, no se puede dar lo mismo al que invirtió 200, 300 millones con muchísimo sacrificio a otra que comenzó ahora. Hay que darle también lo que sea digno, pero no puede ser lo mismo, no es justo. De acuerdo a eso, se acordó y eso está firmado. Nosotros decimos que hay que respetarlo porque es razonable, lo hemos conversado mucho y se ha llegado a acuerdos cediendo todos, nosotros hemos cedido muchas cosas», puntualizó.

 

Espacios públicos

El proyecto que la comunidad aprueba tiene reservados los espacios públicos, como la iglesia, la cancha, la escuela, el centro de salud, colegios. Inclusive, está proyectado un polideportivo, dada la cantidad de niños, jóvenes y adolescentes que existe en la comunidad. «No puede ser que miles de personas no tengamos un sitio donde se pueda jugar. No tiene sentido… Entonces, un pequeño polideportivo hay que hacer. No se puede tener encerradas a 10 000 personas y que 1000 jóvenes no tengan donde jugar al vóley. Esas cosas ya las hemos trabajado y ya están aprobadas pero en el nuevo proyecto de Senavitat eso no está contemplado», declaró el entrevistado. Sin embargo, tras la prórroga de la licitación (hasta el 26 de octubre) y las conversaciones mantenidas con autoridades salientes y entrantes, afirma el padre Velasco que esa idea ya está desechada. Se respira entonces, mayor calma.

 

Tranquilos, pero atentos

El padre Velasco resaltó la incertidumbre que sentían antes de la fecha prevista para la recepción de ofertas. Ahora ya se sabe que se prorrogó y él considera que esta es una decisión acertada. «Me parece de cierto modo razonable... Porque el que va a realizar el proyecto será el nuevo gobierno. Hay continuidad, hay voluntad de que se va a respetar lo acordado», afirmó. Igualmente, consideró positivo el hecho de que ahora las nuevas autoridades tengan un tiempo para volverlo a ver y para apropiarse del proyecto. «Para nosotros, desde el punto de vista social de los pobladores, algunos cambios, como lo de la laguna que se conserva, la avenida costanera, no los cuestionamos demasiado. Para nosotros, lo fundamental es la participación, es el espacio adecuado y con las tipologías de viviendas. Mientras eso no cambie, no nos resulta muy relevante», indicó.

Aunque ahora reina cierta tranquilidad porque no se precipitó una decisión no aprobada por los pobladores y porque se está incluyendo su voz en las conversaciones que se vienen realizando con los que salen y los que entran, los pobladores se mantendrán alertas. Hasta que no se tenga el decreto final no estarán cien por ciento seguros, por lo que se mantendrán atentos.

 

Organizaciones del barrio

Cuando habla el padre Pedro Velasco, lo hace en nombre de gran parte de sus vecinos. Él está en el barrio hace 33 años y hace 30 que se creó y funciona el Centro de Ayuda Mutua y Salud para Todos (Camsat). Esta organización tiene más de 500 familias asociadas. «Entonces, cuando Camsat dice algo, en gran medida estamos hablando del 50% del barrio», afirmó. El trabajo de este centro ha sido y es muy importante. «El camino que se hizo, las rutas que se hicieron en tiempos de Efraín Alegre [ministro de Obras Públicas], se hicieron con Camsat. Nosotros aquí pusimos agua para todas las familias con un proyecto que hicimos con la Cooperación Española y Manos Unidas. También se realizaron varias mejoras con la ayuda del gobierno de Aragón (España)», amplió el padre.

El objetivo principal de Camsat es combatir la pobreza y articula sus acciones bajo tres ejes:

Asistir al pobre (sin llegar al asistencialismo),

Capacitar/formar (no basta satisfacer las necesidades básicas), y

Cambiar las estructuras sociales (ya que es absolutamente necesario incursionar en el nivel político, no necesariamente político-partidario).

Todo esto, buscando también hacer que los afectados sean protagonistas. Se fortalece esto con la formación de líderes.

Pero además, hace año y medio se inició otra organización que se llama Apuf (Asamblea Permanente Unidos por la Franja). Y aclara el padre: «Se creó justo cuando empezó este proyecto y ahí estamos 33 organizaciones. Estamos asociaciones vecinales, asociaciones gremiales, asociaciones deportivas, 4 iglesias evangélicas, la iglesia católica, la misma Camsat». Explicó asimismo el padre Velasco que estas 33 organizaciones tienen su asamblea, su junta ejecutiva. Es así que cuando este sacerdote dice algo, lo está diciendo en nombre de esas 33 organizaciones. «Es decir, yo creo que en este momento estamos representando fácilmente al 80-90% del barrio», aclaró. Al momento de la entrevista, estaban previstas 16 reuniones en 16 zonas del Bañado Tacumbú informándole a todo el barrio sobre estos cambios. «Es decir, que el barrio se entera porque tuvimos esta organización. Es una organización muy fuerte, muy respetada». El padre refiere que en la última asamblea de la Apuf eran como 100 representantes del barrio. «No eran 100 personas que vinieron y se sentaron ahí… cada una de esas organizaciones tiene 3 representantes oficiales. Si vienen todos, serían 120, pero solemos estar de 80 a 100 y son 100 representantes. Entonces, yo cuando hablo, hablo en nombre del barrio. Por eso, muchas veces cuando nos llaman a Senavitat, yo me voy con la coordinadora de la Apuf, que es una maestra que se llama Angélica Viveros, y con la coordinadora del Camsat. Y cuando me piden que yo diga algo oficial yo digo que no, que primero yo tengo que hablar con Camsat y Apuf».

 

Tomarse en serio el trabajo

Una de las cosas que nos llamó la atención al volver a visitar este barrio fue la calidad del asfalto. Han pasado varias inundaciones, sin embargo, el asfalto sobrevivió. Sobre esto, el padre Velasco destaca el trabajo realizado durante el gobierno de Fernando Lugo. «Yo creo que en aquel momento el Presidente Fernando Lugo y el Ministro de Obras Públicas, Efraín Alegre, se lo tomaron muy en serio. El empedrado se levantó primero para arreglar toda la parte de agua que había para la que la cañería de ESSAP se renovara y que no hubiera eso que a veces se asfalta y ya comienza el problema. O sea, se hizo un trabajo muy serio y muy bueno. Y nosotros siempre estuvimos con los que trabajaban, las pequeñas empresas que se hicieron y se trabajó muy bien, era porque el gobierno tomó en serio el trabajo. Por eso, afirmo que se pueden hacer cosas bien, esperemos que si se hace el barrio nuevo se haga bien, se haga lindo», finalizó con un dejo de esperanza.

 

El pa’i español del Bañado Tacumbú

En noviembre del 2011 el padre Pedro Velasco fue destacado como Hijo Ilustre de la ciudad de Asunción. Esta distinción refleja el trabajo que este sacerdote dominico nacido en León (España) está realizando desde hace más de 30 años en uno de los barrios más necesitados de la ciudad. Llegó al Paraguay en 1976 y primeramente inició su labor en la iglesia de la Crucecita (Sajonia). Ahí fue enterándose de una realidad que pronto haría suya, ya que decidió comprar una casa en el Bañado Tacumbú. «La mejor inversión de mi vida», dijo alguna vez. Hasta ahí llevó sus pertenencias en una moto y se convirtió en uno más de la comunidad. Desde entonces, trabaja a la par de sus vecinos pobladores para mejorar las condiciones de vida de la población. Además, una calle del barrio lleva el nombre de su padre, Ursicino Velasco quien, tras jubilarse, decidió venir a ayudar a su hijo pero terminó quedándose 14 años. Está contemplado que se conserve el nombre de la calle en el nuevo barrio. A través de su labor, el padre Pedro Velasco demuestra su compromiso por lograr –según sus propias palabras– una Asunción más solidaria y justa, donde existan trabajo, educación, salud y desaparezca la pobreza. «Es posible y es un imperativo», dijo en ocasión de recibir la distinción de la Junta Municipal. 

 

 

Texto: Rebeca González Garcete
Entrevista y fotos: Aramí Arza