Edición N° 414 - Octubre 2017

Moneo brilla en el palmarés del Praemium Imperiale

 
  • Rafael Moneo en su estudio “2001”

  • Fábrica Diestre (1964).

  • Edificio Urumea, en San Sebastián (1968-1973).

  • Ayuntamiento de Logroño (1980).

  • Revista Arquitectura Bis.

  • Museo Nacional de Arte Romano (Mérida 1985).

  • Palacio de Congresos, San Sebastián (1990-1999).

  • Auditorio Kursaal, San Sebastián (1990-1999).

  • Estación de Atocha (1985-1988).

  • Nueva Terminal del Aeropuerto de San Pablo en Sevilla (1989-1992).

  • Museo de Arte Moderno y Arquitectura de Estocolmo (1991-1998).

  • Centro de Arte y Naturaleza Fundación Beulas en Huesca (2006).

  • Archivo General de Navarra, Pamplona (2003).

  • Palacio de Congresos de Toledo (Castilla la Mancha 2009).

  • Recinto ferial de Cuenca, realizado por Rafael Moneo y sus hijas Clara y Belén Moneo, junto a su socio Jeff Brock (2010).

  • Banco de España en Jaén (1998).

  • Torre Puig, l’hospitalet - Barcelona (2014).

  • Catedral Nuestra Señora de los Ángeles , Los Ángeles (1996-2002).

  • Edificio Bankinter (1973-1976).

  • Ampliación Museo del Prado (2007).

  • Don Juan Carlos, acompañado de la Reina, los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la inauguración de la ampliación del Museo del Prado.

  • El arquitecto Rafael Moneo en la inauguración del Museo de Arte Romano de Mérida (1985).

  • Maternidad de O’Donnell (Madrid 2003).

 

El arquitecto español atesora otros importantes galardones como el Pritzker, el Príncipe de Asturias, el Mies van der Rohe, y las medallas de oro del RIBA y de la UIA.

El arquitecto navarro fue galardonado con el Praemium Imperial de las Artes por su “estilo refinado que tiene en cuenta la historia de cada lugar”, y por una trayectoria “de búsqueda de la armonía entre los diseños de los edificios y su entorno”, señaló la Asociación de las Artes de Japón, que otorga el galardón, y destacó que “la continuidad ordenada es la característica principal de su diseño”.

Rafael Moneo, en declaraciones a la organización cultural nipona, señaló: “La arquitectura tiene más sentido cuando tiene en cuenta una parte de la ciudad”, y a la vez, destacó la importancia de “la historia” y la “cultura” locales, así como de los materiales empleados.

El arquitecto afirma que las décadas de los ochenta y los noventa fueron “una época feliz para los arquitectos en España”, al aumentar la demanda pública mientras el país avanzaba en su transición democrática.

A su juicio, “la arquitectura ha perdido la importancia que tenía antes”, y por ello considera que este arte “debe centrarse en dar una forma pero también en mejorar la calidad de vida”, según recoge la organización japonesa.

Moneo es el único arquitecto español en recibir el Praemium Imperiale, aunque es el cuarto español tras el tenor Plácido Domingo, el escultor Eduardo Chillida, y el pintor, escultor, y teórico del arte español, Antoni Tàpies i Puig.

 

“Seguir en la brecha” mientras se sienta “con ganas”

Moneo dijo a medios españoles, en la embajada de España en Berlín, al anunciarse la concesión de los premios que concede la Asociación de las Artes nipona: “A lo mejor el estudio no está tan activo como lo estaba hace quince años, pero mientras me sienta con ganas, esa expresión tan española, pues creo que debo seguir en la brecha”.

Según Moneo, no hay motivos para retirarse mientras tenga “ganas de trabajar” y llegue al estudio de arquitectura “con la sensación de que todavía las ideas que uno tienen pueden ayudar a los demás”.

El arquitecto se mostró “contento” y “feliz” de recibir el “Praemium Imperiale” y afirmó ser “consciente de lo que significa que gente de una cultura tan distante” haya mostrado interés por su trabajo.

“Uno trabaja siempre con dudas acerca de lo que hace y realmente me alegra ver que efectivamente otros entienden, son capaces de recibir con interés nuestro trabajo y esa es quizás la mayor recompensa de un premio como este”, señaló.

 

Su vida

José Rafael Moneo Vallés, uno de los más destacados representantes de la arquitectura española contemporánea, nació en la pequeña ciudad de Tudela, Navarra, España, el 9 de mayo de 1937.

Su madre, Teresa, era la hija de un magistrado de Aragón. Su padre, Rafael, cuyas raíces familiares se encontraban en Tudela, trabajó allí toda su vida como ingeniero industrial. Su hermana, Teresa, estudió filosofía y literatura y su difunto hermano, Mariano, ingeniería.

Moneo confiesa que a medida que crecía, se sintió atraído primero hacia la filosofía y la pintura, no tenía una clara vocación de ser arquitecto, pero atribuye su inclinación hacia la arquitectura por el interés de su padre en el tema. No sin cierta dificultad, dejó sus estrechos lazos familiares en 1954 para ir a Madrid a estudiar arquitectura.

Obtuvo el título de arquitecto en 1961 en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid de la Universidad Politécnica de Madrid (Etsam/UPM). Acredita a su profesor de historia de la arquitectura, Leopoldo Torres Balbás, la influencia que, en gran medida, le aportó. Cuando todavía era estudiante, trabajó con el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza. Así recuerda esta etapa: “Yo quería ser arquitecto de la misma manera que Oiza, con todo el entusiasmo profesado por él en su trabajo”.

Cuando Moneo completó sus estudios, fue a Hellebaeck, Dinamarca, para trabajar con Jorn Utzon “a quien vi como el legítimo heredero de los grandes maestros de la época heroica”. Utzon estaba trabajando en el diseño del Teatro de la Opera de Sídney en Australia. Antes de regresar a España en el año 1962, viajó alrededor de los países escandinavos, “donde tuve la fortuna suficiente como para ser recibido por Alvar Aalto en Helsinki”.

De nuevo en Madrid, ganó un concurso para cubrir una de las plazas de arquitecto en la Academia de España en Roma. Fue capaz de combinar su viaje a Roma con la luna de miel con su nueva esposa, Belén Feduchi, hija del arquitecto Luis Feduchi. “Fue maravilloso estar en Roma con ella, una persona que compartió mi entusiasmo por la arquitectura sin ser arquitecto”. Bajo una beca de dos años, se quedó en la Academia Española en Roma, un período que él llama “fundamental para mi carrera. Me permitió estudiar, viajar, visitar las escuelas, conocer a Bruno Zevi, Manfredo Tafuri, Paolo Portoghesi, y otros, pero más que nada, tener un conocimiento de la gran ciudad que produjo un gran impacto en mi formación como arquitecto. La vida en la Academia nos permitió establecer grandes amistades con músicos, pintores y escultores”. Este periodo de su vida tuvo una gran influencia sobre su trabajo posterior.

A su regreso a Madrid, en 1965, se establecieron en una casa-estudio en el barrio madrileño de El Viso y fueron bendecidos con la llegada de la primogénita, Belén. Ese año mismo, recibió su primer trabajo importante, el diseño de la Fábrica de Diestre en Zaragoza. Al año siguiente, comenzó a enseñar en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Madrid e inició la publicación de artículos sobre arquitectura. Durante ese tiempo, participó activamente en las reuniones de los arquitectos a las que llamaron “Congresos pequeños” que fueron apoyados por los arquitectos españoles más activos como Carlos de Miguel, Francisco Javier Sáenz de Oiza, Ramón Vázquez  Molezún, José Antonio Corrales, José María García de Paredes, y otros, de Madrid; y Oriol Bohigas Guardiola, Frederic de Correa, Óscar Tusquets, Lluís Clotet i Ballús, Antoni Bonet i Castellano, entre otros, de Barcelona. Algunos de los asistentes  extranjeros fueron Alvaro Siza de Portugal, Aldo Rossi y Vittorio Gregotti de Italia, y Peter Eisenman de los Estados Unidos. De estos encuentros, Moneo dice que “una nueva fase de la vida arquitectónica se inició en España”.

En 1968 recibió su segundo encargo importante, el proyecto Urumea, un edificio de departamentos en San Sebastián. También fue el año del nacimiento de su segunda hija, Teresa. Su tercera hija, Clara Matilde, nació en 1975.

Moneo describe este período con sus propias palabras: “La vida en las escuelas durante esos años era difícil, la agitación estudiantil de 1968 y la inestabilidad política durante los últimos años del franquismo contribuyó a hacer precaria la actividad académica. Fue una batalla tratar de hacer que los estudiantes entendiesen la arquitectura como algo interesante; pero esto ha ido cambiado poco a poco. Fue durante este tiempo que, con un grupo de arquitectos, fundé la revista Arquitectura Bis, donde fueron publicados muchos de mis escritos”.

En 1972 ganó la cátedra “Elementos de composición” en la Etsab (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona), lo que le llevó a vivir durante casi diez años en la capital catalana.

En 1973, estableció su propio estudio en Madrid, compaginando desde entonces, por igual, el diseño arquitectónico con la enseñanza. En ambas actividades manifestó la tendencia moderna de crear edificios con criterios de corto plazo y defendió el diseño de obras que puedan mantenerse actuales durante un largo tiempo, a modo de monumentos. En la línea de lo que ha sido llamado el racionalismo contextual, Moneo no sigue las corrientes europeas de utilitarismo y expresionismo, sino que refleja en sus obras una versión suavizada del estilo nórdico y de la tradición holandesa. A todo ello, suma su propia visión de la arquitectura histórica. Las obras de los años 60 son las que mejor reflejan estas ideas

En 1974, recibió su primer encargo. Un trabajo en Madrid: el proyecto de la futura sede del Banco Intercontinental Español (Bankinter), que se llevó a cabo en colaboración con Ramón Bescós. Poco después, fue el encargado de diseñar el Ayuntamiento de Logroño. “Estas dos obras me permitieron expresar claramente la visión arquitectónica”, dice Moneo. En 1976 fue invitado a los Estados Unidos como profesor visitante por un año en el Instituto de Arquitectura y Estudios Urbanos (Iaus) y enseñar en la Escuela de Arquitectura de la Cooper Union, ambas en  Nueva York. “La experiencia para toda la familia estaba marcando profundamente nuestras vidas, con exposiciones y conferencias”.

Durante los años siguientes impartió clases también en las universidades de Princeton y Harvard, y en el departamento de Arquitectura de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza).

En 1980 obtuvo una cátedra en la Escuela de Arquitectura de Madrid durante cinco años. En ese momento, recibió el encargo del Museo de Arte Romano de Mérida. Dos años más tarde, la Previsión Española de Construcciones en Sevilla se convertiría también en su proyecto.

En 1984 fue nombrado decano del departamento de arquitectura de la Escuela de  posgrado de diseño de la Universidad de Harvard, cargo que tuvo hasta 1990. En su despedida, impartió la conferencia  Gropius lecture, una lección magistral que tiene lugar todos los años en la escuela de Arquitectura de Harvard  y cuyo nombre honra el recuerdo del célebre arquitecto suizo Walter Gropius, en la que habló de sus puntos de vista sobre la arquitectura americana.

Moneo comenzó aludiendo al privilegio que para él suponía haber ocupado el puesto en el que anteriormente estuvieron Gropius “y mi compatriota Josep Lluís Sert. Han sido los cinco años más intensos de mi vida”.

Durante su estancia en Harvard, viajó a España casi todos los meses para desarrollar el proyecto de la estación de Atocha que ganó en un concurso, casi simultáneamente con su nombramiento universitario. Al respecto dijo: “Los años en Harvard fueron intensos, sobre todo para alguien como yo, que ha dedicado gran parte de su vida profesional a la enseñanza”. A pesar de que le hubiera gustado prolongar su estancia en Harvard, los preparativos para la celebración de España 92 trajo nuevos proyectos para su estudio: el aeropuerto de San Pablo en Sevilla, la remodelación del Palacio de Villahermosa para albergar la colección de arte Thyssen-Bornemisza, y el edificio Diagonal en Barcelona, siendo éste una colaboración con Manuel de Solá-Morales.

Con todos estos proyectos nuevos, trasladó el estudio de su casa a un edificio separado unos 500 metros de distancia. Ganó los concursos de otros dos más: la Sala de Conciertos del Centro Cultural Kursaal  de San Sebastián y el Museo de Arte y Arquitectura de Estocolmo.

Sus lazos con la Universidad de Harvard continuaron tras su nombramiento como profesor en 1991, enseñando allí durante dos semanas cada semestre.

Las actividades de Moneo en la enseñanza se han extendido a numerosos simposios y conferencias impartidas en distintas instituciones universitarias de los Estados Unidos, de Londres, Japón, Austria, Dinamarca, Francia, y Chile, en la Pontificia Universidad Católica.

Al mismo tiempo, Moneo ha desarrollado una extensa labor como crítico y teórico de la arquitectura. La mayoría de los textos recogidos fueron publicados por primera vez en Oppositions y revistas como Lotus y Arquitectura Bis.

Para el arquitecto, “La Arquitectura pertenece al sitio. La arquitectura debe ser apropiada, lo que significa que debe reconocer de alguna manera los atributos del lugar. Entender lo que estos atributos son, escuchar cómo se manifiestan, esto debe ser el primer movimiento del arquitecto al comenzar a pensar en un edificio”.

Moneo dice buscar con su arquitectura la durabilidad y el diálogo con la evolución histórica. Para él,  al arquitecto le corresponde encontrar en cada época los elementos y modelos que la transforman para adaptarla a las necesidades de las épocas que transcurren.

Él sigue siendo considerado por numerosas personas uno de los grandes arquitectos españoles contemporáneos.

 

Sus galardones y reconocimientos

Su trayectoria ha sido prolífica en distinciones y premios.

Algunos de ellos son la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del Gobierno Español, el Arnold W. Brunner Memorial Prize de Arquitectura por la Academia Americana de las Artes y las Letras, el premio Príncipe de Viana del Gobierno de la Provincia de Navarra (España), y  el Premio Schock en las Artes Visuales de la Fundación Schock y de la Real Academia de Bellas Artes de Estocolmo.

Recibió el Premio Pritzker de Arquitectura, la Medalla de Oro de la Academia de Arquitectura de Francia, la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos, y la Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects (RIBA).

Ganó la Primera Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo por el Museo de Arte Romano de Mérida; el Premio Feltrinelli de le Academia Nazionale dei Lincei, en Roma; el Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe; el Premio Príncipe de Asturias de las Artes; el Premio Nacional de Arquitectura de España, y la primera edición de la Medalla Soane 2017.

Le fueron concedidos , además, el Premio Nacional de Arquitectura, junto a Fernando Higueras por el anteproyecto de Centro de Restauraciones Artísticas (Madrid) y la Medalla de Oro de la Arquitectura, del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (Cscae).

Fue distinguido como doctor honoris causa por la Universidad de Lovaina, recibió una laurea ad honorem de la Escuela de Arquitectura de Venecia y el título de doctor honorario de tecnología del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo.

Es miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, de la Academia di San Luca di Roma, y de la Real Academia Sueca de las Bellas Artes; miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectos y del Real Instituto Británicos de Arquitectos.

Fue nombrado académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid

Desde el 2007 es miembro de número de Jakiunde, Academia de las Ciencias, de las Artes y de las Letras del País Vasco.

 

Sus trabajos

Se podría decir que una de las principales características de Rafael Moneo es que utiliza la historia como material de construcción. Es reconocido internacionalmente por su enfoque de diseño, que implica mirar las condiciones específicas de cada lugar para asegurar que sus edificios se fundan sin esfuerzo en el paisaje de la ciudad, respetando al mismo tiempo el medio ambiente y estableciendo una identidad clara y una conexión con su visión creativa.

Uno de sus primeros proyectos, el Museo Nacional de Arte Romano (1986) en Mérida, España, estableció su reputación. Desde entonces, ha completado muchos proyectos dentro y fuera de España. El Museo es una destacada integración entre el mundo antiguo y la arquitectura contemporánea que se alza en el corazón de la Mérida romana. Una poderosa actuación en el casco de esta ciudad, con imponentes fábricas de ladrillo, arquerías de marcada impronta romana y un admirable tratamiento luz-espacio.

Ha construido la estación de ferrocarril de Atocha en Madrid (1984-1992), un amplio complejo urbano presidido por una gran sala hipóstila, linternas de luz y una torre en diálogo con el edificio de la antigua estación. Rafael Moneo afrontó la primera reforma de la estación de Atocha inaugurada en 1992 para el primer AVE a Sevilla y es también el responsable de la última. “No queríamos hacer una actuación que desvirtuara la anterior. Se trataba de aumentar la capacidad sin cambiar mucho su formato, pero no hasta el extremo de usar los mismos materiales”.

De 1998 es el auditorio del Kursaal en San Sebastián, junto a la desembocadura del río Urumea y la playa de Zurriola, en el Cantábrico, magnífica muestra de integración con la ciudad y el paisaje, conformada por dos grandes volúmenes de vidrio sobre una plataforma general que recoge el trazado urbano. Su centro cultural y auditorio -descrito por Moneo como un elemento mediador entre lo natural y lo abstracto, en la línea del pensamiento oteiciano (del escultor vasco Jorge Oteiza)- despertó el interés de la crítica por el giro que suponía en el trabajo del arquitecto navarro. Una obra conflictiva que supuso numerosas críticas al arquitecto, un error provocó el derrumbamiento durante la obra de la gran escalera del edificio principal (afortunadamente sin víctimas). Se ha convertido, una vez finalizada, en un icono de la ciudad.

La ampliación de la sede principal de Bankinter, Paseo de la Castellana (Madrid, 1972-1976), junto con Ramón Bescós, es considerada una de sus primeras obras trascendentales, combinando lo antiguo y lo moderno.

Otras obras suyas son la Casa Gómez Acebo, Soto de la Moraleja (Madrid); edificio Urumea, San Sebastián; viviendas del Paseo de la Habana núm. 71, Madrid; ayuntamiento de Logroño ( España); la nueva terminal del aeropuerto de San Pablo de Sevilla; el Museo de Arte y Arquitectura de Estocolmo, una arquitectura discontinua y quebrada que trata de adaptarse a la accidentada orografía del solar; la catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, en Los Ángeles (Estados Unidos); edificio de la Previsión Española (Sevilla); la antigua sede del Banco de España de Jaén; edificio L’illa Diagonal en la Avenida Diagonal en Barcelona;  L´Auditori (Auditorio de Conciertos en Barcelona; Fundació Pilar i Joan Miró, (Palma de Mallorca); Ayuntamiento de Murcia; Bodegas Julián Chivite, (Estella, España); comedor de la Hospedería Real (Guadalupe, España); Casa de la Cultura (Don Benito, Badajoz, España); edificio Audrey Jones Beck; Museo de Arte (Houston); hospital materno infantil en Madrid; biblioteca del campus Arenberg de la Universidad KU Leuven (Lovaina, Bélgica); reforma y ampliación del Archivo General de Navarra, (Pamplona); Centro de arte y naturaleza Fundación Beulas, (Huesca); ampliación del Museo del Prado, con la cual, su habilidad para combinar perfectamente lo viejo y lo nuevo es maravillosamente exhibida. El entorno del madrileño Paseo del Prado es testigo privilegiado del trabajo del arquitecto navarro. En dicha área Rafael Moneo ha dejado tres de sus obras de madurez más representativas de una parte de su pensamiento: la transformación del Palacio de Villahermosa para acoger el Museo Thyssen-Bornemisza, la ampliación del Banco de España (una actuación polémica por el mimetismo formal empleado por Moneo) y la ampliación del Museo del Prado. Las tres obras han contado con el beneplácito de los administradores públicos y del público general, pero han alejado su trabajo de la vanguardia disciplinar a la que perteneció en los años 80. La ampliación del Museo del Prado fue el resultado de un segundo concurso, tras un concurso internacional cuyo primer premio quedó desierto.

Otras obras son la sede del Gobierno de Cantabria en Puertochico (Santander); rehabilitación y Museo del Teatro Romano de Cartagena, (España); nueva biblioteca-Crai (Centro de recursos de aprendizaje e investigación) de la Universidad de Deusto (Bilbao); Palacio de Congresos de Toledo; edificio Aragonia, (Zaragoza); sede de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Mérida; Hospital Materno Infantil en Madrid (Maternidad de O’Donnell); biblioteca del campus Arenberg de la Universidad KU Leuven (Lovaina, Bélgica); Museo de la Ciencia de Valladolid, a orillas del Pisuerga, con Enrique de Teresa; reforma y ampliación del Archivo General de Navarra; viviendas en la Plaza del Mercado Grande Ávila; Centro de Arte y Naturaleza Fundación Beulas, (Huesca); Sede Confederación Hidrográfica del Guadiana, Mérida; hotel y oficinas Grand Hyatt y edificio Potsdamer Platz Hotel y Office Building (ambas en Berlín); ayuntamiento de Ámsterdam; Museo Baltasar Lobo en el castillo de Zamora; Beirut Souks (Líbano); Iglesia de Iesu (Jesús en griego) en el barrio Riberas de Loiola de San Sebastián,  ubicada en la margen izquierda del río Urumea, su obra más abstracta, en la que la modernidad va unida a la recuperación de elementos tradicionales de la arquitectura cristiana; Torre Puig (Hospitalet de Llobregat); y el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Navarra, entre otras.

 

Moneo y Mikhail Baryshnikov, entre los laureados

La Japan Art Association anunció los ganadores de la vigésimo novena edición del Praemium Imperiale Internacional de Artes 2017, que otorgan cada año -desde 1989- la entidad nipona junto con la Casa Imperial japonesa a cinco artistas, en las categorías arquitectura, pintura, la música, la escultura, el cine/teatro, campos del arte que el premio Nobel no reconoce.

Cada una de las categorías están dotadas con quince millones de yenes (alrededor de ciento quince mil euros-ciento treinta y seis mil dólares).

Los laureados en esta edición son el arquitecto español Rafael Moneo; la artista visual iraní estadounidense Shirin Neshat; el escultor ghanés El Anatsui; el cantante y compositor senegalés Youssou N’Dour; y el bailarín, coreógrafo y actor letonés estadounidense Mikhail Baryshnikov, en la categoría teatro y cine.

El premio celebra el logro en pintura, escultura, arquitectura, música, y teatro/cine, categorías no reconocidas por el Premio Nobel convirtiéndose en el galardón internacional más prestigioso del mundo en esos campos y en una voz poderosa para la importancia de la cultura en el mundo actual.

Los ganadores de esta edición se unen la larga lista de los más grandes artistas de los siglos XX y XXI. Algunos de premiados en las distintas categorías son Paulo Mendes da Rocha (el último laureado), Dominique Perrault, Steven Holl, David Chipperfield,  Ricardo Legorreta, James Stirling, Charles Correa, Álvaro Siza, Oscar Niemeyer, Peter Zumthor, Zaha Hadid, Frank Gehry, Rem Koolhaas, Tadao Ando, Federico Fellini, Ingmar Bergman, Akira Kurosawa,  Andrzej Wajda, Richard Attenborough, Jean-Luc Godard, Maya Plisétskaya, Sophia Loren, Yoko Morishita, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Leonard Bernstein, Ravi Shankar, Dietrich Fischer-Dieskau, Martha Argerich, Daniel Barenboim, Zubin Mehta, Plácido Domingo, Roberto Matta,  Annette Messager, Leonard Bernstein, Sofía Loren, Christo and Jeanne-Claude, Dietrich Fischer-Dieskau, Jean-Luc Godard, David Hockney, Willem de Kooning, Akira Kurosawa, Ravi Shankar, Cindy Sherman, y Stephen Sondheim.

En una ceremonia a llevarse a cabo en Tokio el 18 de este mes, su alteza imperial el príncipe Hitachi, patrón honorario de la Japan Art Association, presentará a cada ganador con una medalla de oro especialmente diseñada y una carta testimonial.

 

El galardón

El Praemium Imperiale fue creado en 1988 para conmemorar el centenario de la Asociación de Arte de Japón, para honrar al fallecido Príncipe Takamatsu, quien fue el patrón honorario de la Asociación durante casi seis décadas, y como reconocimiento a artistas de todo el mundo que se hayan destacado por su contribución al desarrollo y promoción de la cultura.

La Asociación elige a los ganadores basándose en las recomendaciones de los Asesores Internacionales individuales en Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y los Estados Unidos. Cada consejero se guía por las recomendaciones de un comité de nominación compuesto por líderes culturales de su país de origen. Los Asesores Internacionales son figuras destacadas con un profundo interés o participación en las artes.

 

Beca para jóvenes artistas

La Japan Art Association también otorga una subvención anual de cinco millones de yenes (aproximadamente cuarenta y cinco mil dólares) a un grupo o institución que fomenta la participación de los jóvenes en las artes. Es la Beca para jóvenes artistas que fue inaugurada en 1997 para conmemorar el décimo aniversario del Praemium Imperiale.

El ganador de este año en ese rubro es la Compañía de teatro y Asociación cultural Zoukak del Líbano, un colectivo que explora los retos sociales y humanitarios más acuciantes de ese país a través del prisma del teatro.

Entre los ganadores anteriores se encuentran el Instituto Superior de Arte de Cuba, la Escuela de Cine Lodz de Polonia, el Conservatorio Nacional de Música de Vietnam, la Orquesta Juvenil del Ulster, la Orquesta de Cámara Kremerata Baltica y la Organización Esfinge de Detroit.

 

Fuentes

www.metalocus.es

www.arquitecturaviva.com

www.epdlp.com

www.diariodenavarra.es

http://famosos.arquitectos.com

https://es.wikipedia.org

 

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