Edición N° 507 - Agosto 2025
El primer Foster en Paraguay
Norman Foster, uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX y XXI, cumplió 90 años hace apenas unas semanas. Mientras su estudio sigue dejando huellas en todo el mundo, Paraguay entra por primera vez en su mapa con Sudameris Plaza, un proyecto que abre la puerta a nuevas discusiones sobre arquitectura, ciudad y calidad.
El anuncio del proyecto Sudameris Plaza marca un antes y un después en la escena arquitectónica paraguaya: se trata del primer encargo local del renombrado estudio británico Foster + Partners, conocido por su enfoque innovador y su visión integradora de la arquitectura y el urbanismo.
Ubicado en la avenida Mariscal López, el edificio ocupará un terreno de más de 12.000 m² y se presenta como una torre de oficinas de 39 pisos y 188 metros de altura, con espacios comerciales, auditorio, terrazas ajardinadas y una plaza pública. Todo enmarcado dentro de una propuesta que busca combinar elegancia arquitectónica, eficiencia energética y conexión con el entorno urbano.
Más allá del diseño, lo simbólico también importa. El proyecto fue dado a conocer semanas después de que Norman Foster celebrara su 90.º cumpleaños, consolidando una trayectoria que incluye obras emblemáticas como el HSBC Building en Hong Kong, la cúpula del Reichstag en Berlín, la sede de Apple en California o el Viaducto de Millau en Francia. A lo largo de más de seis décadas, Foster ha marcado una forma de hacer arquitectura que busca fusionar tecnología, sostenibilidad y bienestar humano. Su filosofía se resume bien en una de sus frases más citadas: “La arquitectura es inseparable de la calidad de vida”.
Sudameris Plaza, aunque no es un megaproyecto al nivel urbano de otras obras del estudio, representa un cambio de escala en Paraguay. Su llegada pone en discusión cuestiones clave: ¿qué significa incorporar arquitectura de clase mundial en un contexto local? ¿Cómo puede traducirse ese gesto en mejoras concretas en procesos, normativas y capacidades técnicas en el país?
El diseño del edificio incluye múltiples niveles de terrazas ajardinadas, integración de vegetación en altura y la creación de un espacio público verde a nivel de calle. La planta baja alojará locales gastronómicos y comerciales, mientras que los primeros niveles y la cima del edificio estarán reservados para oficinas corporativas del Banco Sudameris, promotor del proyecto. En los niveles intermedios se ubicarán oficinas en alquiler. El edificio contará también con un auditorio, una galería de arte, y estacionamiento subterráneo.
Aunque el anuncio fue recibido con entusiasmo en el sector inmobiliario, todavía quedan muchos aspectos abiertos. No se ha confirmado en detalle la participación de oficinas o equipos locales ni los mecanismos de transferencia técnica durante el proceso de diseño y construcción. Tampoco se conocen los criterios ambientales que se aplicarán, más allá de la referencia general a la eficiencia energética y el uso de vegetación.
Para que el impacto de Sudameris Plaza trascienda lo simbólico, será clave que el proyecto active procesos de transferencia de conocimiento y eleve estándares en el ámbito local. Esto implica desde la incorporación de metodologías como BIM o estrategias de construcción sostenible, hasta el fortalecimiento de capacidades en arquitectura, ingeniería y urbanismo. También puede ser una oportunidad para revisar normativas urbanas, mejorar regulaciones ambientales y fomentar una planificación más conectada con el espacio público.
Casos internacionales muestran que este tipo de colaboraciones pueden ser mucho más que un gesto de prestigio. En países como Colombia o Vietnam, estudios internacionales han trabajado junto a oficinas locales y universidades para desarrollar programas de capacitación, innovación normativa y planes de desarrollo urbano sostenible. El impacto más duradero no estuvo en el edificio en sí, sino en los procesos que dejó instalados.
En Paraguay, Sudameris Plaza puede ser ese tipo de catalizador. Para lograrlo, hará falta voluntad institucional, transparencia y apertura al aprendizaje compartido. La magnitud del estudio que firma este edificio no está solo en su reputación internacional, sino en la forma en que sus proyectos han transformado contextos, dejado huellas tecnológicas y abierto caminos para nuevos referentes.
La presencia de Foster + Partners en Asunción es, sin duda, un acontecimiento. Pero lo que definirá su verdadera relevancia no será la altura del edificio ni el brillo de sus cristales, sino lo que suceda detrás de escena: el intercambio, la formación, las normas que se actualicen y las miradas que se amplíen.
A los 90 años, Norman Foster continúa viajando, diseñando y liderando uno de los estudios más influyentes del mundo. Que uno de sus proyectos tome forma en Paraguay es una excelente noticia. Pero también es una invitación a mirar más allá del ícono: a construir con visión, con diálogo y con legado.