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Año 40 - N° 472 - Agosto 2022

Editorial

Asunción, en el mes de su 485 aniversario

En vez de una ciudad limpia, ordenada, de tránsito fluido, calles impecables, con servicios –recolección de basura, transporte público, cobros de impuestos y tasas- eficientes, veredas amigables, señalizaciones efectivas, de áreas verdes acogedoras, sin polución sonora ni visual, con mercados esmeradamente cuidados, bien iluminada y segura, Asunción lastimosamente es hoy todo lo contrario. La capital del Paraguay celebra su aniversario, el 15 de agosto, en pleno deterioro.

La ciudad que en tiempos remotos fuese conocida como “Madre de ciudades” –porque de su seno nacieron expediciones fundadoras de varias poblaciones- o admirada por sus naranjos en flor, tendría que haber sido un modelo de urbe acogedora, que incita a visitantes a recorrerla y a sus habitantes a habitarla satisfechos de recibir los medios suficientes para su bienestar.

Con un pésimo servicio de limpieza urbana, fachadas deterioradas, inseguridad en sus calles, congestión vehicular, funcionarios municipales corruptos, baches que imitan cráteres y carente de señalización eficaz para la seguridad de propios y extraños, invita más bien a escapar velozmente de sus lindes antes que a permanecer en su jurisdicción.

La Municipalidad de Asunción, sobrepoblada de funcionarios que desangran sus arcas impidiendo emplear los fondos a favor de los ciudadanos, con un arcaico sistema de cobro de impuestos y tasas que evita la informatización para facilitar la corrupción, es incapaz de timonear un cambio que convierta a la Capital en una urbe atractiva para sus ciudadanos y visitantes.

La falta de capacidad de intendentes, concejales y funcionarios de dirección es patente. Por donde se mire la administración comunal –tanto la actual como las anteriores-, hace agua. Actúa para sofocar incendios, pero es insolvente para planificar y ejecutar proyectos que den soluciones sustentables y eficaces a largo plazo. Carente de planeamiento vial que al menos disminuyan el caos de la ingente masa vehicular que diariamente la invade, condena a los conductores y peatones al peligro e insalubridad de su la total desidia de sus calles.

Será oportuno que a lo largo de este mes reflexionemos sobre la ciudad en la que viven unos 500 mil habitantes y recibe cada día al menos de un millón de personas.

La ciudad necesita urgentemente soluciones complejas y efectivas en un contexto de interconexión y colaboración con sus localidades vecinas: Lambaré, Fernando de la Mora, San Lorenzo, Luque, Roque Alonso, entre otras. El camino hacia una Asunción digna será el fruto de un esfuerzo y una acción colaborativa e interdisciplinaria que involucre a los municipios aledaños y al Gobierno Central con el apoyo de las comunidades.

Ojalá en el mes del aniversario de la Capital nazca en sus autoridades la voluntad de iniciar el proceso de cambio que Asunción tanto necesita.

 
 

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