Edición N° 437 - Septiembre 2019

Caída, estancamiento y recesión

 

 

Cuando nos ponemos a analizar la coyuntura de nuestro país y de la región, no nos olvidemos de que América Latina tiene un aumento muy bajo del producto interno en estos meses del 2019. Según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2019 en el nuevo contexto financiero mundial, última publicación de la Cepal (Comisión Económica para América Latina), organismo dependiente de Naciones Unidas, que data de julio del 2019, es probable que durante este año el crecimiento económico de América Latina y el Caribe mantenga una trayectoria de desaceleración con una tasa proyectada del 0,5 por ciento para fines de año, después de una desaceleración sostenida en el último quinquenio.

Hemisferio noroccidental. Se afianzan las nubes negras de estancamiento y recesión en los países industriales de economía de mercado. La ya duradera guerra arancelaria entre los Estados Unidos y la China continental pone en peligro no solo las cifras del comercio exterior entre ambos colosos sino también su crecimiento interno, con nada subestimables efectos de contagio negativo en los demás países del hemisferio norte. La locomotora de la Unión Europea, Alemania, tiene en estos días los primeros atisbos de recesión después de muchos años y Gran Bretaña, con el Brexit sin acuerdo en cierne, ya muestra signos de estancamiento a curvas negativas del PIB.

Brasil. En este país, la mayor economía de ALC (América Latina y el Caribe), su crecimiento viene arrastrándose por una larga senda de estancamiento, oscilando del 0,5 por ciento al 1 por ciento en el 2019. Después del corto entusiasmo que los mercados de esa gran economía tuvieron con la confirmación de la victoria electoral de Bolsonaro, el año pasado, sus declaraciones intempestivas, sorprendentes y contradictorias enfriaron los ánimos apresurados. Hoy en día no solamente en la oposición se pone en duda el éxito económico del mandatario brasileño, sino también connotados exponentes de los gremios empresariales y del resto de la sociedad.

Argentina. La segunda mayor economía de Sudamérica venía cayendo por el despeñadero de la recesión en los últimos tres años, terminando el 2018 con el producto interno en -2,5 por ciento. Pero después de la contundente derrota del macrismo en las elecciones primarias días pasado (agosto) con 15 puntos de desventaja ante el peronismo, en menos de 48 horas los bonos argentinos se precipitaron en casi 20 por ciento y las acciones argentinas en 40 por ciento, echando a perder sus anteriores valores bursátiles. Simultáneamente, la devaluación trepó al 20 por ciento y la inflación empezaba a tomar altura de nuevo. Los demás macroindicadores tuvieron igualmente mal desempeño a pesar del programa de salvataje del Fondo Monetario Internacional, puesto en práctica ya hace más de un año. En esas condiciones, son altas las probabilidades de que el peronismo tome de nuevo el poder en las próximas elecciones.

Paraguay. Nuestro país obviamente no puede sustraerse al comportamiento de la economía en el hemisferio norte ni del resto de América Latina y menos aún de Argentina y Brasil, en un mercado mundial de gran incertidumbre, empeorado con la tan reciente como masiva devaluación del yuan, la moneda china. A pesar de la acertada política macroeconómica en el Paraguay, especialmente en términos de política monetaria y cambiaria así como en los de política fiscal, con saltos rojos por debajo del límite establecido en la Ley de Responsabilidad Fiscal, la economía paraguaya cayó -2,8 por ciento en el primer semestre del 2019, según el Índice Mensual de la Actividad Económica. Hubo atisbos de mejora en julio pero de empeoramiento en agosto por los siguientes inconvenientes.

Paraguay. Dada la alta crispación durante agosto de 2019 por la amenaza de juicio político doble al presidente y vicepresidente de la República por motivos relacionados con el acuerdo operativo entre Ande y Eletrobras, respecto de la energía contratada y el excedente en la represa de Itaipú versus su uso binacional, por supuestas ilegalidades incurridas por las más altas autoridades locales más la renuncia de varias de ellas, el Poder Ejecutivo y el sector privado parecen haberse olvidado de tomar medidas para la reactivación económica. En estas condiciones, bien puede ocurrir que la economía paraguaya permanezca en dificultades.

 

Doctor Ricardo Rodríguez Silvero
UH
19.08.19

 


 

 

 

Revista

Ver ediciones anteriores

Suscribete

Y recibí cada mes la revista Mandu'a

Suscribirme ahora